El trabajo, en sus múltiples formas y manifestaciones, desempeña un papel fundamental en la vida de nosotros los seres humanos y en la sociedad en general.

Más allá de la necesidad económica, el trabajo también debe satisfacer necesidades emocionales, sociales y de autorrealización como lo propuso Maslow en su famosa pirámide. A lo largo de la historia, el concepto del trabajo ha evolucionado significativamente, y hoy en día, cada vez más personas buscan un propósito más profundo en sus empleos.

En los albores de la civilización, el trabajo estaba principalmente destinado a la supervivencia: la caza, la recolección y la agricultura eran esenciales para garantizar la subsistencia. A medida que las sociedades evolucionaron, surgieron formas más especializadas de trabajo, como la artesanía y el comercio.

La revolución industrial marcó un punto de inflexión, ya que el trabajo comenzó a organizarse en fábricas y las personas se alejaron de la agricultura para desempeñar roles industriales y comerciales. Los americanos que todo lo miden, calculan que a principios del siglo XX, el 65% de su población dependía de la industria de la agricultura. Según datos recientes, menos del 5% de ellos depende de esta industria.

A medida que la sociedad moderna avanzó, las necesidades económicas y la estabilidad financiera siguieron siendo una razón importante para trabajar, pero también surgieron otros factores. Las personas comenzaron a buscar satisfacción en su trabajo y a valorar la realización personal y profesional. El trabajo ya no se limitaba a una mera cuestión de supervivencia, sino que se convirtió en una fuente de identidad y propósito.

En la actualidad, muchas personas buscan más que un simple salario en su empleo. Quieren sentir que su trabajo tiene un para qué, un propósito. Sentir que están contribuyendo positivamente al mundo y que sus habilidades y talentos se utilizan de manera significativa, es su máxima motivación.

Esta búsqueda de propósito en el trabajo puede manifestarse de diversas maneras:

📌 Sentido de Contribución Social: Las personas desean sentir que su trabajo tiene un impacto positivo en la sociedad y en la vida de los demás. Esto relacionarse con carreras en el ámbito de la educación, la medicina, la asistencia social, entre otros.

📌 Desarrollo Profesional y Personal: Algunos buscan trabajos que les brinden oportunidades para crecer como profesionales y como individuos, desafiándose a sí mismos y adquiriendo nuevas habilidades.

📌 Pasión y Vocación: Para muchas personas, el trabajo se convierte en una vocación, una actividad que aman y que les apasiona. En estos casos, el trabajo ya no se siente como una carga, sino como una oportunidad para hacer lo que realmente disfrutan.

📌 Equilibrio entre Vida Personal y Laboral: Un propósito importante para algunas personas es encontrar un trabajo que les permita equilibrar sus responsabilidades laborales con su vida personal y familiar.

📌 Contribución a un Proyecto Mayor: Algunos trabajadores buscan unirse a organizaciones o proyectos que tengan una visión y una misión a largo plazo, donde puedan ser parte de algo más grande que ellos mismos. Según estudios relacionados, en Estados Unidos un alto porcentaje de personas están dispuestas a disminuir su salario hasta un 17% para irse a trabajar a compañías que tiene claro su propósito y que lo hacen evidente en todas sus acciones.

Los empleadores y la sociedad en su conjunto desempeñan un papel crucial en el fomento del propósito en el trabajo. Las empresas que motivan y valoran el propósito individual de sus empleados pueden promover un ambiente laboral más satisfactorio y productivo.

Además, la creación de oportunidades para el desarrollo personal y profesional puede incentivar a los trabajadores a comprometerse con su trabajo de manera más significativa. Es ahí donde se requiere de la motivación permanente, creativa e inspiradora para lograr niveles  superiores de engagement.

Como cualquier concepto, la motivación ha evolucionado con el paso de los años. Desde las necesidades básicas del hombre de las cavernas, que era motivado por el hambre para salir a cazar y la necesidad de sentir calor lo obligaba a regresar a casa.

El segundo nivel de motivación viene cuando se agregaban recompensas y castigos para manipular el comportamiento de las personas: “Si haces esto, tendrás aquello”. Ese es el abordaje más usado por las empresas en la historia, pero definitivamente, este modelo no se adecúa a los deseos y necesidades del ciudadano moderno.

La motivación del mundo de hoy se deriva de 3 elementos:

📌 Autonomía: El deseo de dirigir la propia vida, tener el control.

📌 Excelencia: La necesidad humana de volverse cada vez mejor en algo relevante.

📌 Propósito: El anhelo de hacer lo que hacemos en nombre de algo superior a nosotros.

¿Cuál es tu para qué? ¿Qué tanto se conecta con el de tu marca empleadora?

#Branding #MarcaEmpleadora #ParaQue #Proposito

Suscríbete y recibe nuestros artículos semanalmente

¡Gracias por suscribirte!
Pronto estarás recibiendo nuestro nuevo artículo.
Lo sentimos! El formulario no ha podido ser enviado, verifique que ha llenado todos los campos con la información correcta.
Volver al blog